
Por qué nos desequilibramos al subir a una escalera mecánica que sabemos que está parada
Comencemos por el principio
Cuando subimos a una escalera mecánica por primera vez, a pesar de que podemos ver que está en movimiento y de que nos preparamos para ello, nuestro cuerpo se inclina inevitablemente hacia atrás como resultado de la velocidad de la escalera.
Tras varios intentos, nuestro cerebro se acaba acostumbrando a ese comportamiento y lo acaba compensando adecuadamente, de manera que con el tiempo, la entrada en la escalera mecánica ya no produce un balanceo hacia atrás de nuestro cuerpo, el cerebro ha aprendido y podemos subir sin peligro de desequilibrarnos.
Este conocimiento pasa a formar parte de nuestra memoria muscular y al igual que otros comportamientos aprendidos, como caminar o montar en bicicleta, podemos ponerlo en práctica cuando lo necesitamos de forma inconsciente, sin pensar en ello.
Estos movimientos automatizados son controlados principalmente por el cerebelo que juega un papel crucial en la coordinación y el control de los movimientos precisos y aprendidos, incluyendo los movimientos habituales o automáticos, y también está involucrado en el aprendizaje motor, lo que significa que ayuda a nuestro cerebro a aprender y recordar cómo realizar movimientos específicos.
Este comportamiento llamó la atención de un grupo de cinco científicos japoneses: Takao Fukui, Toshitaka Kimura, Koji Kadota, Shinsuke Shimojo, Hiroaki Gomi que decidieron estudiar este fenómeno para descubrir el motivo de este comportamiento.
Las tres teorías que plantearon los investigadores
Los investigadores plantearon tres posibles explicaciones para la aparición de esta sensación y diseñaron una serie de experimentos para probar cuál era la correcta y así identificar el mecanismo subyacente de esa sensación extraña, y proporcionar una nueva perspectiva sobre cómo se coordinan y se influyen mutuamente nuestros procesos conscientes y subconscientes en la realización de tareas motoras habituales.
Las tres teorías planteadas fueron estas:
- La sensación extraña ocurre de manera concurrente pero independiente a las propiedades comportamentales o posturales. Es decir, la sensación no tiene nada que ver con la sensación corporal derivada de tales propiedades comportamentales, por ejemplo, la simple falta de familiaridad con la situación de encontrarse con una escalera mecánica detenida podría inducir la sensación.
- La sensación extraña ocurre debido a la altura única de los escalones, en la que el primer escalón es más corto que los demás. Esta inusual falta de uniformidad de los escalones puede inducir torpeza porque no estamos acostumbrados a tal irregularidad, y la torpeza conduce a la sensación extraña.
- La sensación extraña resulta de una acción inapropiada inconsistente con la situación actual a pesar de la correcta comprensión de la situación. Subir a una escalera mecánica en movimiento es una acción altamente habituada, por lo que el programa motor habitual para una escalera en movimiento emergería incluso cuando subimos a una escalera detenida, por lo tanto esta aparición subconsciente del programa motor habitual específico de la escalera conduce al comportamiento motor inapropiado, que conduce a la sensación extraña.
En qué consistió el experimento
El experimento se llevó a cabo a lo largo de dos sesiones, cada una de las cuales incluía 16 bloques de ocho ensayos consecutivos en los que los participantes alternaban escaleras mecánicas en movimiento, escaleras mecánicas paradas y la escalera de madera que imitaba la disposición irregular de los escalones en la escalera mecánica parada.
Además, se constató que este comportamiento motor inapropiado se producía a pesar de que los participantes eran plenamente conscientes de que la escalera mecánica estaba parada, lo que sugiere que es el resultado de un programa motor que se activa de forma automática, incluso cuando no es apropiado para la situación actual.
Por último, al subir a una escalera mecánica en movimiento, los participantes mostraron un balanceo postural hacia adelante y una mayor velocidad de la pierna de apoyo y la pierna en el aire en comparación con los otros dos escenarios.