El atractivo desde el punto de vista de la psicología y la biología

¿Por qué nos atraen las personas atractivas?

Sé que, desde un punto de vista semántico, la pregunta es una perogrullada. Las personas atractivas atraen a los demás, y atraen a los demás porque son atractivas. Esto no tiene mucha vuelta de hoja.

Sin embargo, si nos paramos a pensarlo desde un punto de vista más “profundo”, podríamos plantearnos por qué no sucede que sean las personas menos atractivas las que más atraigan a los demás.

Y lo primero que hay que señalar aquí es que lo que es atractivo o no, se construye culturalmente. Esto significa que lo que es atractivo no es lo mismo en todo momento y lugar, sino que depende de las condiciones culturales.

Por ejemplo, existen islas en el Pacífico donde lo que se considera atractivo es estar gordo, porque se vincula a la riqueza. Aquí, durante mucho tiempo, consideramos que lo atractivo era tener la piel muy clara, mientras que, ahora, lo atractivo es ponerse moreno.

Como puedes ver, por lo tanto, lo que es atractivo es cultural en buena medida. Pero… ¿Es solo cultural?

También influye la biología

Lo cierto es que no. Digamos que lo que se considera atractivo desde un punto de vista cultural hace referencia a lo atractivo “para lo socialmente aceptado”. Pero lo cierto es que existen cuestiones biológicas que hacen que, a nivel personal e individual, nos atraiga un tipo de persona concreto.

¿Qué tipo de persona?

Pues, en el caso de los hombres, nos atraen aquellos que son fuertes, grandes, con músculos y con un peso ajustado a su altura. En el caso de las mujeres, nos atraen aquellas que tienen senos grandes, caderas anchas, y un peso ajustado (aunque un poco menos que en el caso de los hombres).

Ahora bien, ¿por qué se consideran esas características como lo “atractivo” desde un punto de vista biológico? La verdad es que es una explicación sencilla:

Por la parte del hombre, los atributos que les hacen atractivos son aquellos que, en el pasado, garantizaban una buena probabilidad de sobrevivir. Si eres fuerte y tienes un cuerpo musculado, será más fácil que caces, más difícil que te cacen, y más difícil que te abran la cabeza si nos peleamos con la tribu de al lado.

Por la parte de las mujeres, en cambio, se valoran las capacidades reproductivas. Así, unas caderas anchas son garantías de menos problemas a la hora de parir (al fin y al cabo, en el pasado, las muertes en el parto eran altísimas). Los senos grandes, por su parte, garantizaban unas reservas de grasas con las que alimentar al bebé (además de sobrevivir ella misma).

Por lo tanto, estas características físicas no son casuales, y tampoco es casual que, más allá de las cuestiones culturales, a todos, en todas las culturas, nos atraigan más o menos los mismos tipos de personas.